Un 3 de octubre de 1968, el Gral. EP Juan Velasco Alvarado dio el golpe de estado al expresidente Fernando Belaúnde Terry.
Un golpe que mucha gente, por ese entonces, pedía a gritos. Incluso el
Diario El Comercio apoyaba esta medida dictada por las FFAA.
El escándalo de la “Página 11″ fue el detonante para el golpe,
Velasco entró a Palacio de Gobierno e hizo las reformas que se
necesitaban. Si bien es cierto, algunas fallaron terriblemente, fue
también parte de la cantidad de traiciones que hicieron al General en
esos años.
Ningún medio reconoce que durante el régimen velasquista, el PBI subió notablemente. En 1970 estaba en 6.2% y en 1974 llegó hasta el 8.8%. La nacionalización de La Brea y Pariñas,
que antes de Velasco, era administrado por capitales norteamericanos y
obviamente esta riqueza salia del país. La reforma agraria, que si bien
es cierto era necesario, su mecanismo no fue el adecuado. Impulsó
notablemente la pesqueria en el país, oficializó el idioma quechua en
el país, se incrementó los derechos laborales (lo destruyó el
fujimorismo), se consolidaron los sindicatos. La reforma educativa se
dio e incluso fue premiado en su oportunidad por la Unesco. Todo es un breve recuento de los logros que hizo el régimen velasquista.
Mientras que un sector de la política
peruana (tanto la “derecha boba” e “izquierda sonsa”), apátridas por
cierto, se intimida por la imagen de Velasco; el pueblo profundo
lo vio como el gobernante que trajo justicia e igualdad al país, por
algo lo llamaron el “General de los Pobres”.
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